El tango es la música y la danza por excelencia del Río de
Pues bien, el tango nació en esa "área cultural" en el
último tercio del siglo XIX, sin que pueda determinarse fehacientemente lugar,
día y hora, porque ese nacimiento es la consecuencia de un largo proceso
histórico y sociológico. Ni la
Argentina ni el Uruguay - si hablamos responsable y
seriamente- pueden reivindicar ningún derecho de primogenitura en la materia.
Por el contrario, los dos países rioplatenses pueden invocar similares razones
para considerarse, al mismo tiempo, la patria común del dos por cuatro. ¿Por
qué? Porque fueron los mismos factores, durante la misma época, que operaron en
las dos orillas del río "grande como mar" (el
"Paraná-Guazú") y, en especial, en las dos ciudades-puerto,
Montevideo y Buenos Aires, para dar a luz el tango.
El éxodo del paisaje gaucho hacia las ciudades, la nostalgia de
los inmigrantes - en gran parte italianos- que, felizmente, nos invadieron; el
deseo de diversión de los marineros que recalaban en nuestros puertos y nos
aportaban ritmos de ultramar (la "habanera", por ejemplo); la alegría
de los antiguos esclavos que descubrían su libertad; los salones de baile y los
prostíbulos, donde se juntaba todo ese material humano para olvidar un poco los
sinsabores de la vida y a los cuales concurrían también los obreros de los
mataderos (después frigoríficos) y los "niños mal" de las
"familias bien"... Allí en la zona portuaria y en los arrabales
porteños y montevideanos nació el tango. Y fue un uruguayo - Enrique Saborido-
quien compuso el primero, cuyo éxito desbordó los estrechos límites del
suburbio, disimulando sus orígenes prostibularios o "non sanctos":
"La Morocha ".
Tango que fue dedicado a la hermosa Lola Candales, cantante y bailarina,
uruguaya también. Fue también un compatriota, Alfredo Gobbi, originario de
Paysandú, quien, con Angel Villoldo (a quienes algunos consideran uruguayo)
hizo desembarcar el tango en París, en 1907. Y de ahí a la conquista del
mundo...
No puedo dejar de citar a quien dirigió durante 50 años la más
popular orquesta "típica": Francisco Canaro, alias
"Pirincho", uruguayo de San José. Y fue también otro compatriota,
Gerardo Matos Rodríguez, quien compuso (Montevideo, 19 de abril de 1917) el
tango más célebre de todos los tiempos, el que se escucha en cualquier lugar
del mundo - desde el metro de París hasta la Plaza Roja de Moscú- y
que, a justo título, consideramos como nuestro segundo himno nacional: "La Cumparsita ". Y
dejo para el final de esta breve reseña al más grande de los intérpretes del
tango-canción, cuya voz resuena hoy entre nosotros, que la escuchamos con
emoción y pasión, porque nos llega hasta lo más hondo de nuestra alma: Carlos
Gardel, uruguayo de Tacuarembó y rioplatense de corazón, que "cada día
canta mejor".
¿Por qué, entonces, si las cosas son así - y se pueden demostrar
con abuntante bibliografía y documentación que no corresponden en esta rápida
síntesis- se desconoce o ignora el origen también uruguayo del tango y nuestra
enorme contribución a su difusión mundial? Podemos intentar un par de
explicaciones, con la salvedad de que, ya en 2001, no hay tantas excusas para
ese desconocimiento, injusto y equivocado.
La primera. Buenos Aires es una gran ciudad de más de 10 millones
de habitantes, mientras que Montevideo no llega a un millón y medio: relación
de casi 10 a
uno que se arrastra desde la
Colonia. La capital argentina ha sido y sigue siendo un
enorme mercado y un polo de atracción artística, como lo es París para los
belgas, los suizos, los quebequenses y demás francófonos. Además de los
numerosos lugares en que se bailaba y escuchaba el tango, Buenos Aires era la
sede de una poderosa industria cinematográfica que difundía sus películas - con
tango incluido- por toda América Latina y España. De ahí a pensar que
"Buenos Aires = tango" no había más que un paso...
La segunda. Montevideo no tenía cine propio - apenas comienza a
tenerlo en la actualidad- y tampoco casas grabadoras de discos. Había que
viajar a Buenos Aires, donde se radicaban las filiales de las más importantes
disquerías de Estados Unidos o Europa, para poder grabar. Recién en 1941 se
fundó nuestra primera casa grabadora: "Sondor".
Eramos los parientes pobres del tango porque las circunstancias
materiales - menos población, menos riquezas, menos desarrollo tecnológico- no
nos favorecían. Pero no lo éramos - ni lo somos- en relación a la inspiración y
al talento de nuestros músicos, ni a la calidad de sus compositores, ni tampoco
a la gloria que los mismos adquirieron en todo el mundo.
Para terminar, podemos afirmar, en alta y clara voz, que el tango
no es - no lo fue nunca- patrimonio exclusivo de una ciudad ni de un país. Es
la música y la danza urbana más representativa de una región y una cultura, las
del Río de la Plata ,
que es argentino y uruguayo por partes iguales. Esta es la verdad, toda la
verdad, nada más que la verdad.
("El Mercurio", 15.01.01.)
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