Si bien el tango reconoce lejanos antecedentes africanos,
latinoamericanos y europeos, sus orígenes culturales se han fusionado de tal
modo que resulta casi imposible reconocerlos. En esencia el tango es una expresión
artística de fusión, de naturaleza netamente urbana y raíz suburbana
("arrabalero"), que responde al proceso histórico concreto de la
inmigración masiva, mayoritariamente europea, que reconstituyó completamente
las sociedades rioplatenses, especialmente las de Buenos Aires y Montevideo, a
partir de las últimas décadas del siglo XIX.
Argentina, que en 1850 contaba con 1,1 millón de habitantes,
recibió 6,6 millones de inmigrantes entre 1857 y 1940.[cita requerida] Uruguay
tuvo un proceso similar. Se trata de una experiencia humana
"aluvial",4 casi sin parangón en la historia contemporánea.
A diferencia de otras zonas del mundo, los inmigrantes que
llegaron al Río de la Plata
a partir de la segunda mitad del siglo XIX, superaban en cantidad a las poblaciones
nativas y fueron parte de un intensivo proceso de mestizaje multicultural y
multiétnico, en gran medida inducido por el Estado a través de una formidable
promoción de la escuela pública laica.
El tango es hijo directo de ese intenso mestizaje. Se sabe
que los primeros tangueros eran afroargentinos y afrouruguayos;5 que el
bandoneón proviene de Alemania; que su sensualidad deriva de su origen
prostibulario, donde los inmigrantes europeos que llegaban solos a buscar
empleo mantenían relaciones sexuales con las nativas, mayoritariamente
afroargentinas e indoamericanas denominadas "chinas". Se sabe también
que el argot del tango, el lunfardo, está plagado de expresiones italianas y
africanas; que su ritmo y clima nostálgico tiene un cercano parentesco con la
habanera cubana; y que "tango, milonga, malambo y candombe", son
parte de una misma familia musical de raíces africanas y también de las
costumbres provenientes de los gauchos que migraron a la ciudad.
Sin embargo el tango no se confunde ni deriva de ningún
estilo musical en particular. Ernesto Sábato dice que por sobre todas las cosas
el tango es un híbrido, una expresión original y nueva que deriva de una
movilización humana gigantesca y excepcional.
Sexo y tristeza [editar]
Ya los años se van pasando,
y en mi pecho no entra un querer,
en mi vida tuve muchas, muchas minas
pero nunca una mujer...
Patotero sentimental6
M.: Manuel Jovés. L.: Manuel Romero
El deseo sexual, sublimado en sensualidad, y la tristeza o
melancolía, derivada de un estado permanente de insatisfacción, son los
componentes centrales del tango. En sus orígenes esos sentimientos afloraron de
la dura situación de millones de trabajadores inmigrantes mayoritariamente
varones, solitarios en una tierra extraña, acudiendo masivamente a los prostíbulos,
donde el sexo pago acentuaba "la nostalgia de la comunión y del amor, la
añoranza de la mujer" y la evidencia de la soledad.7 El tango emergió así
de un "resentimiento erótico"8 masivo y popular, que condujo a una
dura reflexión introspectiva, también masiva y popular, sobre el amor, el sexo,
la frustración y finalmente el sentido de la vida y la muerte para el hombre
común.
En el curso del siglo XX y con la importancia que adquirió
la sexualidad y la introspección, así como una visión existencial y menos
optimista de la vida, el tango desarrolló sus componentes básicos como una
expresión artística notablemente relacionada con la problemática del hombre
contemporáneo. Ernesto Sábato reflexiona que la reunión en el tango de
componentes marcadamente existenciales con el temple metafísico, es lo que hace
de esta danza o estas canciones una expresión artística singular en todo el
mundo.
El arrabal [editar]
Arrabal amargo...
Con ella a mi lado
no vi tus tristezas,
tu barro y miserias,...
Arrabal amargo9
M.: Carlos Gardel. L.: Alfredo Le Pera
El tango es un arte de raíz suburbana,
"arrabalero", derivado de su naturaleza popular. Surge y se
desarrolla en los barrios de trabajadores que rodean a las ciudades
rioplatenses: el "arrabal". Para el tango el arrabal es la musa
inspiradora, el lugar de pertenencia que no se debe abandonar, ni traicionar,
ni olvidar. Por sobre todas las cosas, el tanguero es un hombre (y una mujer)
"de barrio". En el lenguaje del tango, el arrabal y el centro
componen dos polos opuestos: el arrabal, muchas veces unido indisolublemente a
los amigos y a "la vieja", expresa lo verdadero y lo auténtico, en
tanto que el centro suele expresar lo pasajero, "las luces" que
encandilan, el fracaso.
El sentimiento de pertenencia al arrabal ha llevado al tango
a construir culturas de barrio, a darles personalidad. Sobre todo en Buenos
Aires y Montevideo, el tango está indisolublemente ligado a la identidad de los
barrios. La ciudad del tango es una ciudad vivida desde el arrabal.
La música [editar]
Jorge Luis Borges destacaba que la música de tango está tan
conectada con el mundo rioplatense que cuando un compositor, de cualquier otra
parte del mundo, pretende componer un tango "descubre, no sin estupor, que
ha urdido algo que nuestros oídos no reconocen, que nuestra memoria no hospeda
y que nuestro cuerpo rechaza".10 Esa característica fuertemente local del
tango, imbricada con el ritmo y la musicalidad del lenguaje rioplatense, ha
sido reiteradamente señalada.
Una de las primeras características de la música tanguera
fue la exclusión de los instrumentos de viento-metal y percusión, quitándole
estridencias con el fin de construir una sonoridad intimista y cálida, capaz de
transmitir la sensualidad que lo definió desde un principio.
Lastima, bandoneón, mi corazón
tu ronca maldición maleva
tu lágrima de ron me lleva
hacia el hondo bajofondo
donde el barro se subleva.
La última curda11
Música: Aníbal Troilo. Letra: Cátulo Castillo
El bandoneón es el corazón de la música de tango. Se ha
dicho que "bandoneón y tango son la misma cosa". De origen alemán
(concretamente se utilizaba para sustituir al órgano en las iglesias luteranas
de oficios cantados por la feligresía en las iglesias más humildes, incapaces
de costearse un órgano de dimensiones adecuadas a su rijosidad de tísicos) fue
adoptado por los tangueros al iniciarse el siglo XX para reemplazar la
presencia inicial de la flauta y completar el sonido inconfundible del tango.
Cátulo Castillo le atribuye "...al bandoneón la definitiva sonoridad de
lamento que tiene el tango, su inclinación al quejido, al rezongo".12 El
bandoneón le impuso al tango su definitiva forma compleja, integrando la
melodía en una base simultáneamente rítmica y armónica.13
Esta complejidad melódica-rítmica-armónica, será fortalecida
más adelante con la incorporación del piano, en sustitución de la guitarra, y
el desarrollo de una técnica de ejecución especialmente tanguera, fundada en la
percusión rítmica. De este modo la base instrumental del tango queda definida
como trío de bandoneón, piano y violín.
Sobre sus instrumentos se conforma la orquesta típica de
tango, inventada originalmente por Julio de Caro en los años veinte y
consolidada principalmente en forma de sexteto con la siguiente integración:
piano, dos bandoneones, dos violines y contrabajo. La orquesta de tango,
propiamente dicha, sigue el mismo esquema, ampliando el grupo de bandoneones, y
agregando violas y violoncellos al grupo de las cuerdas.
El tango nació como música instrumental exclusivamente para
ser bailado. Tan poco propensa a acompañar con sonidos vocales ninguna
expresión de sentimientos, pensamientos y tal, de su psique musical (ej:
canciones paleolíticas a-capella de Lascaux, Sainte-Chapelle, etc.. EMI. Con el
tiempo incorporó el canto, casi siempre solista, eventualmente a dúo, sin coro,
pero manteniendo de manera bastante marcada la separación entre tangos
instrumentales y tangos cantados.
Musicalmente el tango tiene forma binaria. Originalmente
escrito en compás de 4/8 terminó escribiéndose en compás de 2/4.
Las letras [editar]
Las letras están compuestas en base a un argot local llamado
lunfardo y suelen expresar las tristezas, especialmente "en las cosas del
amor",14 que sienten el hombre y la mujer de pueblo, circunstancia que lo
emparenta con el blues.
¿Por qué el tango es sentimental?
En las primeras décadas del siglo XX no había radio y el
cine era mudo, así que el teatro era muy popular. Pascual Contursi, Celedonio
Flores, Enrique Santos Discépolo, Homero Manzi por citar algunos, fueron gente
de teatro y escribían versos para las obras, algunos en lunfardo. Es lógico
decir que la canción de tango fue alumbrada por el teatro y se suele comparar
el tango con una pieza de teatro dramática: el cantor de tango está relatando
precisamente un drama. Esto gracias también al propio Carlos Gardel, quien
elegía interpretar y poner melodía a los versos que retratasen mejor los
sentimientos del hombre de la ciudad, sus personajes, su lenguaje, sus lugares
e idiosincrasia y, en especial, el espíritu de la gente.
El escritor Jorge Luis Borges solía decir que no le gustaba
escuchar a Gardel porque hacía llorar a los porteños con sus tangos. Carlos
Gardel era un hombre muy carismático y alegre pero con tendencia a la
depresión. Reservado y humilde, prefería perder antes que discrepar.
Dependiente de sus afectos, pero con una incontenible necesidad de llevar el
tango a todo el mundo. Podemos encontrar en la canción de tango muchos rasgos
de su personalidad. José Razzano decía que a veces lo encontraba melancólico y
pensativo, como guardando una intensa pena.
La poesía tanguera tiene la inhabitual característica de ser
considerablemente compleja, con el uso de metáforas y reflexiones filosóficas y
al mismo tiempo muy popular, sobre todo en los estratos más humildes de la población.
Imágenes como "el misterio de adiós que siembra el
tren" que utiliza Homero Manzi en Barrio de tango (1942), o "las
nieves del tiempo platearon mi sien" de Carlos Gardel en Volver (1935), o
"tu mezcla milagrosa de sabihondos y suicidas" creada por Enrique
Santos Discépolo en Cafetín de Buenos Aires (1948), o "tinta roja en el
gris del ayer" que Cátulo Castillo puso en Tinta roja (1941), reúnen una
alta complejidad poética y al mismo tiempo una alta popularidad, que ha
persistido con los años.
Los temas principales y más conocidos de las letras de tango
son el desengaño amoroso y el paso del tiempo, pero también la ciudad y sus
personajes, la problemática social y política, el amor, la muerte, el fútbol y
el mismo tango.
Llora, llora corazón,
llora si tienes por qué,
que no es delito en el hombre,
llorar por una mujer,
Angustia; letra y música: Horacio Pettorossi
El desengaño amoroso como tema central del tango es un lugar
común, aunque sólo parcialmente cierto. Probablemente lo que llama la atención
en la forma en la que el tango aborda el desengaño amoroso, sea el contraste
del hombre "duro" y orientado al machismo, emocionalmente
restringido, que se abre en las letras del tango, mostrando su interioridad y
la profundidad de su sufrimiento. En el tango los hombres lloran y hablan de
sus emociones, en un mundo en el que los hombres no deben llorar ni exponer sus
sentimientos.
La reflexión sobre el tiempo es una característica muy
especial de las letras de tango, quizás tanto o más que el desengaño amoroso,
mismo. Prácticamente todos los tangos contienen una mirada desagarrada sobre el
efecto destructivo del tiempo sobre las relaciones, las cosas y la vida misma.
Por sobre todas las cosas el poeta tanguero manifiesta su impotencia ante esa
"fiera venganza la del tiempo"15 y expresa "el dolor de ya no
ser".16
La cantautora Eladia Blázquez (1931-2005)
Ejemplos de tangos clásicos por tema:
El desengaño amoroso: Mano a mano (Celedonio Flores), Uno
(Discépolo), Nostalgia (Cadícamo), Esta noche me emborracho (Discépolo),
Amargura (Alfredo Le Pera).
El paso del tiempo: Volver (Le Pera), Caminito (Coria
Peñaloza), El corazón al sur (Eladia Blázquez), Tinta roja (Cátulo Castillo).
Problemática social: Cambalache (Discépolo), Que vachaché
(Discépolo), ¿Dónde hay un mango, viejo Gómez? (Pelay), Chiquilín de Bachín
(Ferrer).
La muerte: Sus ojos se cerraron (Le Pera), Adiós muchachos
(Veldani), Adiós Nonino (Ástor Piazzolla).
El amor: El día que me quieras y Amores de estudiante (Le
Pera), Los mareados y De todo te olvidas (cabeza de novia) de Cadícamo.
La ciudad: Mi Buenos Aires querido (Le Pera), Cafetín de
Buenos Aires (Discépolo), Barrio de tango (Castillo), A media luz (Lenzi), Yo
soy la morocha (Villoldo), Balada para un loco (Ferrer), Sur (Homero Manzi).
El tango: Malena (Manzi), Che, bandoneón (Manzi), El
firulete (Taboada), La canción de Buenos Aires (Romero), Así se baila el tango
(Marvil), Pa' que bailen los muchachos (Cadícamo), Siga el baile (Warren), Che,
papusa, oí (Cadícamo), La última curda (Castillo).
Existe también poesía y prosa tanguera o lunfarda creada sin
ser pensada para formar parte de una canción. Entre ellos puede citarse a
Julián Centeya, Celedonio Flores, Carriego, Evaristo, Atilio Jorge Castelpoggi,
Carlos de la Púa,
Martina Iñiguez, Orlando Mario Punzi, Juan Carlos Lamadrid, Luis Luchi, Héctor
Gagliardi, entre muchos. El propio Jorge Luis Borges tiene textos que pueden
ser considerados tangueros como el poema Jacinto Chiclana y el cuento Hombre de
la esquina rosada. También debe incluirse como poeta tanguero a Juan Gelman,
quien ha dicho que para él "el tango es una manera de conversar".17
La danza [editar]
La sensualidad del tango.
La coreografía, diseñada a partir del abrazo de la pareja,
es sumamente sensual y compleja. La complejidad de los pasos no hace a la
expresión o a lo que se quiere trasmitir durante el baile. Se trata de expresar
un sentimiento pleno de sensualidad y no de sexualidad, donde lo primordial no
son sólo los pasos o las figuras que hacen los bailarines con los pies. De nada
vale una técnica perfecta, o una sincronización perfecta, cuando la expresión
facial de los bailarines no trasmiten sentimientos. Todo en la danza del tango
está unido, las miradas, los brazos, las manos, cada movimiento del cuerpo
acompañando la cadencia del tango y acompañando lo que ellos están viviendo: un
romance de tres minutos, entre dos personas que a lo mejor recién se conocen y
que probablemente no tengan una relación amorosa en la vida real.
El tango trasciende y llega al corazón de los que contemplan
a los bailarines, gracias a los sentimientos que ellos ponen en el baile y
obviamente a la calidad de sus coreografías. Cada estrofa musical, cada pasaje,
cada tango tiene distintos momentos, no se puede bailar un tango completo
siguiendo un patrón de conducta idéntico para toda la melodía. Hay cadencias
tristes, alegres, sensuales o eufóricas, finales silenciosos o grandiosos,
música in-crescendo o música in-diminuendo, solo expresa sentimientos y estos
son los que los bailarines transportan a sus pies y a su cuerpo todo.
Historia del tango [editar]
Buenos Aires cerca del 1900. Jóvenes trabajadores bailan
tango entre hombres y escuchan a un bandoneonista en la vereda.
Prehistoria del tango [editar]
Véase también: Anexo:Antiguos títulos procaces en el tango
El tango apareció en las ciudades portuarias del Río de la Plata y sus zonas de
influencia, en la segunda mitad del siglo XIX en el marco socio-cultural de las
grandes oleadas migratorias de los más variados orígenes internos y externos,
que recibió entonces esa región. Buenos Aires y Montevideo, y en menor medida
Rosario, se disputan ser el lugar en el que nació.18 Otros puertos fluviales
como Campana y Zárate también registran antiguos antecedentes tangueros. Se
trató de una música eminentemente popular, rechazada y prohibida por las clases
altas y la Iglesia
Católica, por lo que se desarrolló en los barrios pobres de
los suburbios (los arrabales), los puertos, los prostíbulos, los bodegones y
las cárceles, donde confluían los inmigrantes y la población local,
descendientes en su mayoría de indígenas y esclavos africanos. Allí se fueron
fusionando libremente las formas musicales más diversas (candombe, payada,
milonga, habanera, tango andaluz, polca, vals, etc.), provenientes de los orígenes
más diversos (africanos, gauchos, hispanos coloniales, indígenas, italianos,
judíos, alemanes, andaluces, cubanos, etc.), hasta formar el tango. Se estima
que la transición duró alrededor de cuarenta años para afianzarse como un
género plenamente constituido en la última década del siglo XIX.19
En 1857, el músico español Santiago Ramos compuso uno de los
primeros temas de aire tanguero que se conozca, Tomá mate, che, un tango con
letra rioplatense pero con arreglos musicales de estilo andaluz. El tema formaba
parte de la obra El gaucho de Buenos Aires, estrenada en el Teatro de la Victoria.20
En 1874 se ha documentado el primer tango que alcanzó
difusión popular masiva. Se trata de El Queco, también de estilo musical
andaluz, con una letra sobre las "chinas" (las mujeres argentinas de
origen indígena o africano) que trabajaban de prostitutas en los burdeles.21
En 1876 se hizo muy popular un tango-candombe llamado El
merengué, que se convirtió en éxito en los carnavales afroargentinos que se
celebraron en febrero de ese año.22
Se interpretaba con violín, flauta y guitarra. El bandoneón,
que le dio forma definitiva al tango, recién llegaría al Río de la Plata allá por el 1900, en
las valijas de inmigrantes alemanes. No existen partituras de esta etapa originaria,
porque los músicos de tango de entonces no sabían escribir la música y
probablemente interpretaban sobre la base de melodías existentes, tanto de
habaneras como de polkas. La primera de la que existe registro es La Canguela (1889) y se
encuentra en el Museo de la
Partitura de la
Ciudad de Rosario.
Los títulos procaces pueden ser consultados en un anexo
especial. Varios años después, a partir de los años treinta, los gobiernos
militares y autoritarios, prohibieron las letras y títulos, por lo que la mayoría
de ellos desaparecieron, mientras que otros fueron reescritos, como el famoso
Concha sucia,23 que fue reescrito por Francisco Canaro como Cara sucia.
Allá por el novecientos: Villoldo, partituras, grabaciones y
el bandoneón [editar]
Poco antes de que comenzara de Primera Guerra Mundial en
1914 el Emperador de Alemania, Guillermo II prohibió que los oficiales
prusianos bailaran el tango si vestían uniforme. El órgano oficial del
Vaticano, L'Osservatore Romano, apoyó abiertamente la decisión en los siguientes
términos:
El Kaiser ha hecho lo que ha podido para impedir que los
gentilhombres se identifiquen con la baja sensualidad de los negros y de los
mestizos (...) ¡Y algunos van por ahí diciendo que el tango es como cualquier
otro baile cuando no se lo baila licenciosamente! La danza tango es, cuanto
menos, una de aquellas de las cuales no se puede de ninguna manera conservar ni
siquiera con alguna probabilidad la decencia. Porque, si en todos los otros
bailes está en peligro próximo la moral de los bailarines, en el tango la
decencia se encuentra en pleno naufragio, y por este motivo el emperador
Guillermo lo ha prohibido a los oficiales cuando estos vistan uniforme.24
La
Guardia Vieja [editar]
El cantautor Carlos Gardel, símbolo mundial del tango.
Los más antiguos compositores e intérpretes de tango que se
conocen aparecieron en las dos primeras décadas del siglo XX. En el Museo de la Partitura Histórica
(de Rosario, provincia de Santa Fe) se encuentra el primer tango registrado
como tal, La canguela, de 1889. El primer tango con autor conocido es El
entrerriano, de Rosendo Mendizábal, publicado en 1898. Ángel Villoldo, Roberto
Firpo, Juan de Dios Filiberto y Francisco Canaro fueron famosos y populares
autores e intérpretes de tango.
En aquellos años, en los que los hijos de familias ricas
llevan a París el tango que habían aprendido en su frecuentación de los
lupanares, comienza una nueva era para el género, con el aporte de músicos
mejor preparados y la incorporación de letras evocativas del paisaje del
suburbio, de la infancia y de amores contrariados.
La canción de tango comenzó a interpretarse desde 1850, pero
no era tal porque el estilo vocal estaba ligado a la habanera y tangos
españoles, sin una personalidad tanguera definida. Los cantantes de entonces no
eran profesionales ni tampoco se conocía la voz del tango. El tango se cantaba
como tango milongueado y las versos eran picarezcos, lo que escandalizaba a la
alta sociedad porteña. Los cantantes de que se habían destacado en la primera
década de 1900 fueron Alfredo Gobbi, Lola Membrives, Linda Thelma y Ángel
Villoldo, entre otros. Los primeros éxitos de aquel tango fueron Hotel
Victoria, El porteñito y el gran suceso La morocha de 1908. En Buenos Aires
había gran cantidad de cantores que interpretaban estilos nacionales, zambas y
chacareras.
Carlos Gardel (de nacionalidad francesa), quien se inició
como payador alrededor de 1910, es el más recordado cantante de tango de los
años veinte y treinta. Muchos de los temas que interpretaba los compuso él mismo
y encargó sus letras a su inseparable compañero, el poeta Alfredo Le Pera.
Gardel, que comenzó su carrera en comités políticos de los suburbios fabriles
de Buenos Aires, cantó en París y en Nueva York, filmó varias películas en EE.
UU. Se convirtió en un mito para los rioplatenses cuando murió en un accidente
de aviación en Medellín (Colombia).
Algunos de los tangos famosos de esta primera época son La
cumparsita, El choclo, Caminito, El día que me quieras, Por una cabeza, etc.
La Edad
de Oro [editar]
El bandoneonista Aníbal Pichuco Troilo (1914-1975).
Músicos como Juan Carlos Cobián, Pascual Contursi, Juan
D´Arienzo, Julio De Caro, Osvaldo Fresedo, cantantes como Sofía Bozán, Ignacio
Corsini, Agustín Magaldi, Rosa Quiroga, integraron lo que se conoció como la
"nueva guardia" del tango en aquella época. Entre ellos, muchos
fueron los descendientes de immigrantes italianos, como Osvaldo Pugliese
(apodado "el Santo del Tango").
La del cuarenta fue una década dorada para el género, que se
interpretaba ya en locales nocturnos de lujo, cuyos ambientes alimentaron a su
vez a los letristas, que en sus versos contraponían el lujurioso cabaret y los
desbordes de la vida nocturna a la infancia en el arrabal, paisaje éste que
adquirió entonces ribetes míticos de paraíso perdido.
Grandes orquestas, como las de Juan D'Arienzo, Carlos Di
Sarli, Osvaldo Pugliese, Aníbal Troilo (1914-1975), Horacio Salgán (1916-),
actuaban a la vez en los cabarés del centro y en salones barriales, y, con
ellos, creció enormemente la industria discográfica en la Argentina. Letristas
de gran vuelo -Enrique Cadícamo, Cátulo Castillo, Enrique Santos Discépolo,
Homero Manzi- dieron al tango composiciones inolvidables, signadas por la
amarga crítica de costumbres (Discépolo), el matiz elegíaco y las metáforas
inspiradas en grandes poetas (Manzi, Castillo), la recurrente pintura de
ambientes sofisticados con resonancias del poeta modernista Rubén Darío
(Cadícamo). Notables cantantes de la época fueron el Polaco Goyeneche, Edmundo
Rivero y Ángel Vargas.
Años sesenta y setenta: renovación y tango de vanguardia
[editar]
El dúo Ástor Piazzolla-Horacio Ferrer, decisivos en la
renovación del tango en los años sesenta.
Desde fines de los años cincuenta comenzarían a surgir
corrientes tangueras renovadoras. Los primeros fueron músicos como Mariano
Mores y Aníbal Troilo que empezaron a experimentar con nuevas sonoridades y
temáticas. Pero el renovador indiscutido fue el marplatense Ástor Piazzolla.
Ástor Piazzolla alternaba entre las tardes de música clásica
en el Teatro Colón y su pasión por Ígor Stravinski y Bela Bártok, con las
noches de tango, y su desempeño como bandoneonista y arreglador musical de la
orquesta de Aníbal Troilo (1914-1975). Fusionando creativamente las influencias
más diversas, Piazzolla introdujo en el tango armonías disonantes y bases
rítmicas intensas y nerviosas que produjeron una transformación radical del
género.
La música de Piazzolla produjo una apasionada controversia
entre tradicionalistas y renovadores, sobre si "eso" era o no tango.
El punto culminante de esa controversia fue el Festival de la Canción de Buenos Aires
realizada en el Luna Park en 1969, en el que Ástor Piazzolla y el uruguayo
Horacio Ferrer presentaron un valsecito tanguero, Balada para un loco,
interpretado por Amelita Baltar en la sección correspondiente al tango. La
canción produjo un escándalo descomunal que llevó a los organizadores a cambiar
las reglas para evitar que Balada para un loco ganara el festival. Pese a ello,
el nuevo tango-canción, ganó la adhesión popular, especialmente entre los
jóvenes y se volvió un éxito de ventas como hacía años que el tango no tenía.
El dúo Piazzola y Ferrer realizaron otras obras de amplia
difusión popular como el tango Chiquilín de Bachín (1968) o la
"ópera-tango" María de Buenos Aires (1967), que incluye la bella Fuga
y misterio. Piazzolla aportaría composiciones fundamentales como sus Cuatro
estaciones porteñas (Verano porteño, Otoño porteño, Invierno porteño y
Primevera porteña), la serie del ángel (entre ellas Milonga del ángel y La Muerte del ángel),
Libertango, Decarísimo y por sobre todas Adiós Nonino, a la muerte de su padre.
Piazzolla también aportó decisivamente a la renovación
instrumental del tango con su octeto, que incluía intrumentos hasta entonces
absolutamente ajenos al tango, como los eléctricos (guitarra, bajo, teclados,
sintetizador), la batería y el saxo. También con él ingresaron al tango
instrumentistas de excepción como el violinista Antonio Agri y el guitarrista
Cacho Tirao, y un cantante como Miguel Ángel Trelles quienes sumarían sus
talentos a experimentados del género como Enrique Kicho Díaz, Osvaldo Manzi o
Jaime Gosis entre otros. Piazzolla también realizó una audaz fusión tango-jazz
con el saxofonista estadounidense Gerry Mulligan en 1974 (registrado en el
álbum Reunión cumbre) e influyó considerablemente en el subgénero conocido como
rock nacional argentino, desarrollado a partir de la segunda mitad de los años
sesenta.25
En esas dos décadas de renovación surgieron también otros
autores e intérpretes de gran importancia como Eladia Blázquez (Con el corazón
al sur, Si Buenos Aires no fuera así, Sueño de barrilete, etc.), Chico Novarro
(Cordón, El balance, Cantata a Buenos Aires), Cacho Castaña (Café La Humedad), el Sexteto
Tango, el octeto coral Buenos Aires 8 (con un álbum excepcional en 1970, Buenos
Aires Hora 0), las nuevas sonoridades introducidas por Osvaldo Berlingieri
(1928-) desde el piano26 y su asociación con Ernesto Baffa (Baffa-Berlingeri),
la voz juvenil y romántica de Susana Rinaldi, la madurez compositiva de
Leopoldo Federico (El último café, Qué falta que me hacés), el revolucionario
álbum Concepto (1972) de Atilio Stampone, Rodolfo Mederos -a quien se
consideraba como "la cabeza visible de una nueva música porteña en los
años setenta",27 etc. También debe mencionarse aquí al último Goyeneche de
la "garganta de arena" -según el cantautor Cacho Castaña- que
desarrolló el arte de "decir" el tango, cuando paradójicamente
alcanzó el pico más alto de la devoción popular.28
En estas dos décadas el tango sufrió también la
confrontación generacional y contracultural que llevaron adelante los
movimientos juveniles en todo el mundo, con expresiones como el Verano del amor
de 1967 y el movimiento hippie en EE. UU., el Mayo francés de 1968, que
tuvieron en la música rock y en la revolución sexual, dos de sus códigos de
referencia común. En la
Argentina, esto se manifestó como una confrontación de
contenido generacional entre tango y rock: el tango era la música de "los
viejos"; el rock era la música de los jóvenes.29
El fin de siglo: los años ochenta y noventa [editar]
El filme de Pino Solanas El exilio de Gardel (Tangos)
(1984).
El presente del tango [editar]
Desde hace pocos años (comenzando precisamente a partir de
determinados períodos de la obra de Piazzolla) se observa que el fenómeno de
aculturación mundial que deriva en fusiones musicales entre lenguajes, si bien
de origen geográfico cierto, considerados como universalmente difundidos (jazz,
rock, música electrónica) y músicas étnicas o locales, también ha llegado al
tango. Se trata de fusiones del tango con el jazz, el rock y la electrónica,
siendo esta última la más difundida, con ejemplos tales como Bajofondo Tango
Club, Idealtango, Gotan Project y Tanghetto. Entre aquellos que fusionan con el
jazz, se puede encontrar al pianista Adrián Iaies, el contrabajista Pablo Aslan
o al saxofonista Miguel De Caro, entre otros.
Además, existen diversas orquestas en su mayoría conformadas
por jóvenes músicos que pretenden rescatar y reinterpretar con nuevos códigos
el tango, entre ellas se destaca 34 Puñaladas, Altertango, Alfredo Piro, y
Astillero. A partir de los años noventa, varios músicos provenientes del rock
nacional, como Daniel Melingo y Rodolfo Gorosito (Trío Gorosito-Cataldi-De la Vega) se volcaron al tango.
Como así también muchos jóvenes músicos formados dentro del tango comienzan a
aportar nuevo repertorio y nuevos caminos a esta música. Entre ellos destacan,
Pablo Mainetti, Marcelo Mercadante, Ramiro Gallo, Sonia Possetti y Diego Schissi.
El lunfardo [editar]
Recordaba aquellas horas de garufa
cuando minga de laburo se pasaba,
meta punga, al codillo escolaseaba
y en los burros se ligaba un metejón.
El ciruja30
L.: Alfredo Marino. M.: Ernesto de la Cruz
El lunfardo es inseparable del tango. Si bien el tango puede
cantarse con una mayor o menor presencia del lunfardo en sus letras, es la pose
y la sonoridad del lunfardo rioplatense la que lo caracteriza. El lunfardo no
es solo un argot integrado por cientos de palabras propias, sino que también es
y quizás más esencialmente, una pose lingüística, una forma de hablar algo
exagerada (en la que se incluye comerse las eses), por la que suelen ser
reconocidos en todo el mundo los argentinos de la región del Río de la Plata y los uruguayos. El tango
es "reo"31 porque el lunfardo "es reo", es decir se trata
de un estilo musical construido sobre el habla popular; el lunfardo es el habla
del suburbio, la voz del arrabal.
Como en ningún otro lugar el lunfardo expresa la fusión
migratoria que originó las sociedades rioplatenses, expresada por el tango. El
Lunfardo es originado en el siglo XIX principalmente por los immigrantes
italianos del area del barrio Palermo en Buenos Aires, pero contiene otras
influencias. Palabras sicilianas, africanas, italianas, aimaras, mapuches,
judías, gitano-españolas, gallegas, quechuas, árabes, guaraníes, polacas,
portuguesas, inglesas, se mezclan en el uso cotidiano sin conciencia de su
origen.
El lunfardo fue en sus orígenes y sigue siendo hoy un
lenguaje oculto-metafórico construido a partir de una notable dinámica entre la
sociedad carcelaria, los jóvenes y el mundo del trabajo. De algún modo, al
decir de José Gobello, el lunfardo es "una travesura léxica, algo así como
un guiño travieso que el habla le hace al idioma".32
El lunfardo fue perseguido en Argentina (al igual que el
carnaval) y cuestionado por algunos académicos de la Real Academia
Española. Durante la dictadura instalada en 1943 se sancionó una circular
censurando los tangos que contuvieran letras en lunfardo. Por esa razón muchos
fueron reescritos. Durante la dictadura de Onganía (1966-1970) el lunfardo
desapareció virtualmente del tango y la música popular. En 1969 Alejandro
Dolina incluyó el término "bulín" en su tema Fantasmas de Belgrano y Horacio
Ferrer iniciaba su famosa Balada para un loco con una exclamación esencialmente
lunfarda: "Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao...". Desde
entonces, y a pesar de algunos intentos durante la dictadura establecida en
1976 por "adecentar" la cultura popular, el lunfardo registró un
notable resurgimiento.33
En la primera década del siglo XXI el lunfardo goza de una
gran vitalidad, habiendo sido adoptado y reformulado por las nuevas
generaciones. En gran parte por esa razón, el tango se ha insertado en los ritmos
modernos (rock, hip hop, ska, etc.) a través de las letras y el habla
lunfarda.34
Algunos lingüistas como el italiano Matteo Bartoli afirmaron
que el término "lunfardo" viene del término dialectal italiano
lumbardo (o sea lombardo, habitante de Lombardía, una región del norte de
Italia). Con el tiempo el lunfardo asimiló el cocoliche (que se fue oyendo en
Buenos Aires cada vez menos en la segunda mitad del siglo XX, probablemente
debido a la desaparición de los inmigrantes del sur de Italia que lo hablaban).
Muchas de las palabras del cocoliche hoy en día se encuentran formando parte
del lunfardo.
Ejemplos:
"laburar" (del italiano lavorar): trabajar;
"fiaca" (fiacca: 'flaqueza' en italiano): desgano,
pereza;
"mufa" ('moho' en algún dialecto): fastidio y también
mala suerte;
"mina": 'muchacha' en dia