viernes, 20 de diciembre de 2013

La FELICIDAD de BAILAR

El baile es un camino que nos proporciona gozo y alegría y puede movilizar el cuerpo y las emociones hasta niveles insospechados. Con él podemos pedir u ofrecer, agradecer o alabar, liberarnos y celebrar.

El baile forma parte del ser humano desde que nace. Es intrínseco a aquello que le da vida y forma la base de su existencia: el cuerpo.

Bailar es, después de andar, la primera forma de arte que los seres humanos efectuamos sobre la tierra. El bebé se contonea feliz al son de la música cuando aún no sabe sostener un lápiz.

Llegamos a bailar, desde el trabajo, estresados y cansados, pero cuando salimos lo hacemos con más energía: hemos conectado con nuestro poder personal en la zona sacra, donde se halla la energía vital.
Al bailar comprendemos que podemos más de lo que imaginábamos. Experimentamos que poseemos un cuerpo; al descubrirlo, progresamos como personas, crece la imagen que tenemos de nosotros mismos, los límites físicos del cuerpo cambian, y nuestros recursos mejoran para realizar cualquier otra acción.
Cuando comenzamos a bailar ocupamos la periferia de nuestro cuerpo y, a medida que vamos bailando, el cuerpo va llenando toda la sala. Avanzamos y se manifiesta lo que el cuerpo puede darnos: bienestar, satisfacción y el retorno al centro de equilibrio. Este último no solo es responsable de estar sobre un pie y no caerse, sino que es un centro mental, espiritual y vital. Los problemas que fuera de ese centro se magnifican, cuando estamos en él toman otra dimensión que facilita su resolución.

El cuerpo va a su ritmo, no puede ir más rápido. Existen una inteligencia y memoria intelectuales y una inteligencia y memoria físicas que son distintas.
Lo que la memoria física guarda, queda grabado. Al bailar entrenamos y aumentamos esa memoria.

Bailar es algo innato. Es la forma de manifestación más a mano que tenemos.
Todas estas cualidades del baile se resumen en que da gozo y alegría, los cuales son el motor de nuestras vidas.











1-     Colocarse en la posición que muestra la foto. Intentar alinear el cóccix y la cadera con el tronco y las rodillas con los pies. Cuando miramos adelante debemos ver los brazos abiertos por el rabillo del ojo. Una dificultad añadida es adoptar la misma postura pero de puntillas, primero con un pie, después con el otro y finalmente con los dos.


2-     Posición al costado. Desde la posición 1, dar un giro de 90 grados para pasar a esta figura. El muslo izquierdo debería estar paralelo al suelo, la pantorrilla perpendicular y el pie apoyado sobre el suelo. El muslo derecho está perpendicular al suelo, la pantorrilla paralela, el talón va hacia la pantorrilla y el pie se apoya sobre los dedos. Haga ligeros rebotes en la posición.


3-     Movilizaciones de la cadera. Movemos la cadera cuatro veces adelante y atrás alternativamente por cada compás de la música, después cuatro veces a cada lado, para finalmente dar cuatro vueltas en sentido de las agujas del reloj y cuatro en sentido contrario. Cada vuelta debe durar cuatro compases. Simultáneamente pueden cambiarse los brazos de arriba, en cruz o adelante.


4-     Estiramiento de todo el cuerpo. Pasamos con cuatro compases a estirar la pierna derecha y colocar todo el pie derecho en el suelo. El brazo izquierdo se eleva para formar una línea con el tronco y la pierna derecha, que permanece extendida. Notaremos un estiramiento fuerte en la zona de la pantorrilla derecha. Recoja el vientre en todo momento.


5-     Estiramiento del muslo con el tronco vertical. Colocamos el peso sobre la pierna izquierda doblada para deslizar la derecha hacia atrás y adoptar esta posición, con el tronco vertical y las manos sobre el muslo izquierdo. Tome cuatro compases para adoptar la posición y otros cuatro para hacer un ligero rebote. El abdomen permanece hacia dentro en todo momento.


6-     Torsión del tronco. Estirando el tronco hacia abajo y poniendo una mano en el suelo, haga una torsión del tronco hacia la derecha pasando a la posición de la foto en cuatro compases. Sin mover las piernas puede hacer la torsión contraria, poniendo el brazo derecho en el suelo y elevando el izquierdo, pero es más difícil. Utilice también cuatro compases para realizarla.


7-     Cruzar las piernas. Desde el ejercicio 6, deje la mano izquierda en el suelo y gire el cuerpo 90 grados hacia la derecha doblando la pierna izquierda en el interior de la derecha, con lo que quedará de espaldas respecto a la posición de la figura 1. Realícelo en cuatro compases. No deje que la cadera se desplome hacia atrás. Ponga la espalda recta. Tome la pierna izquierda por debajo de la rodilla con los brazos, suba la pelvis y gire la cabeza a derecha e izquierda, adelante y atrás y en círculo.







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